viernes, 21 de octubre de 2011

FIFA: RESPECT. EL RESPETO ¿SE PIDE O SE GANA?

La FIFA, institución que representa el fútbol a nivel internacional y que cuenta con más países miembros que la ONU, pide RESPECT. Así se rotula, muestra y es anunciado en grandes carteles, en las camisetas de los jugadores internacionales y en la publicidad que acompaña todos sus eventos.
El respeto que se pide y exige, así dicen los cargos directivos de FIFA, es un efecto que representa la ideología de los dirigentes, mostrándolo en cada acto; lo que no significa sea representativo del fútbol, sino el producto de una doble determinación económica, es decir de una economía política y una economía libidinal desarrollando la ética de los poderosos en la perpetuación de lo mismo y por ende negándose una nueva temporalidad.
El respeto, como el amor, no necesitan remite, no se pide, se gana, no se puede imponer. El respeto se ejerce y cuando se pide a modo de fair play es para imponer los modelos ideológicos del estado. De tal modo que al pedir respeto, quedan los dirigentes fuera de todo lo deportivo que el fútbol es.
El fútbol es un juego, un deporte, un negocio o todo lo que se quiera decir y, en todos los casos el respeto al rival, al compañero o hacia los técnicos si no se entrena, no hay deportista aunque se pretenda futbolista, como no habrá maestría en el dirigente aunque se pretenda poderoso.
Y llama aún más la atención que desde que se pide respeto, los inconvenientes legales que ya se han mostrado en su organización y en el desarrollo de lo cotidiano, señalen un síntoma en los dirigentes que merece nuestra atención como psicoanalistas, al escuchar en el palco, en las gradas y en los vestuarios la queja del público, familiares, deportistas, periodistas y el malestar de algunos profesionales del balompié.
La demanda que escuchamos está más allá de la necesidad y el deseo más acá, es decir, con grandes caracteres se publica en prensa y se difunde en los congresos de dichas instituciones que: el gran avance del objeto tecnológico frente a los afectos y sentimientos que se generan alrededor del fútbol, precisan urgentemente de la escucha del psicoanálisis y, no para resolver nada del pasado, sino para producir y desplegar éste presente que se impone mundialmente.
El fútbol, todos y cada uno se lo puede tomar con buen humor (ahorrándose el gasto de un sentimiento) o hacer constantes chistes (con el consiguiente ahorro de gasto psíquico) pero no poder lo cómico, es decir no poder el ahorro de una representación concierne, en la función de los dirigentes, con la sexualidad perversa del inmovilismo, lo igual a sí mismo.
Directivos que junto con la cantera y el fútbol femenino forman parte del fútbol base, entonces del futuro más cercano.


Dr. Carlos Fernández
Psicoanalista y Médico especialista en Dirección Deportiva
Profesor de Psicoanálisis en la RFEF
www.carlosfernandezdelganso.com

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