lunes, 28 de septiembre de 2009

Conferencia impartida por el Dr. Carlos Fernández en el CURSO SUPERIOR DE DIRECTORES DEPORTIVOS de la RFEF

El ser de lo oculto. Miguel O Menassa

PSICOANÁLISIS Y FÚTBOL


LA VARIABLE AFECTIVA EN LA ALTA DIRECCIÓN (2ª Parte)


La frase “los sentimientos y los sentidos nos engañan” habría que transformarla en que “nos interesa” dejarnos engañar por los sentidos. Es decir, vemos lo que no hay, esperamos que se cumpla lo que nunca pactamos, pretendemos que nos quieran sin hacer nada a cambio. Vamos a veces por la vida con un carácter de excepción (si tuve mala infancia me considero con derechos extras, por ejemplo a maltratar) Los sujetos nos engañamos a nosotros mismos para llevar siempre la razón, para imponer nuestra verdad. Aunque con ello nos fastidiemos la vida. Cuando no queremos reconocer algo que nos pasa, eso que no queremos reconocer, maneja nuestra vida.
Cuando escuchamos y miramos, siempre lo hacemos desde modelos ideológicos aprendidos. Para todos nosotros existe lo que llamamos “nuestra verdad”.
La manera de ver la vida, está determinada por cómo piensa y cómo siente cada uno. El problema puede surgir cuando creemos que esa verdad, esa manera de pensar es la única manera de pensar. Cuando decimos “es que tengo una manera de ser, de pensar”, ya que hay diferentes maneras de ser o de pensar. Entonces los sentidos no nos engañan, sino que los utilizamos para ser engañados por nosotros mismos, Así a veces juzgamos a los demás por la apariencia y pre-suponemos, pre-juzgamos, es decir hacemos juicios de atribución, le atribuimos al otro, lo que previamente pensamos, en lugar de escucharlo, de ejercer la tolerancia y aceptar las diferencias de las cuales se pueden disfrutar y con lo que además se puede hacer negocios.
También nos engañamos cuando hacemos responsables a la realidad de todos los males que nos aquejan y no nos implicamos como actores principales de nuestras vidas, aceptando que si a uno le pasó “eso”; algo tendrá que ver con nuestras vidas. Hacer responsables siempre a los jugadores, al compañero, al entrenador, a los árbitros, al terreno de juego y no hacernos responsables cada uno de nosotros de estar implicados en esa derrota, en esa clasificación inadecuada, en esos conflictos permanentes con la prensa, en la debacle económica, es propio de personas muy narcisistas que utilizan sus sentimientos para engañarse y vivir engañados, aunque claro no engañen a nadie, a nos ser que sean cómplices y por ende responsables.
La valentía de la autocrítica termina venciendo a la cobardía del que a todos critica.
Cuando queremos llevar la razón en cualquier negociación, conversación, es otra manera clásica de engañarnos, poniendo en peligro nuestro trabajo. Le colgamos el “san benito” a otro y aunque no nos lo creemos ni nosotros mismos, vamos así por la vida.
Recomendamos en estos casos: primero aceptar que algo inadecuado está pasando, segundo reconocer que está uno implicado en eso perjudicial que sucede y en un tercer paso y sólo si se dan los dos primeros, existe la posibilidad de cambiar la situación, pudiendo llegar a verdaderas transformaciones (en este caso se precisa de un psicoanalista).
Pudiendo pasar de tener una vida de segunda a una vida de primera, de ser un equipo mediocre de primera a un candidato a ser campeón. De ocupar puestos sin gran relevancia a trabajar en clubes con gran prestigio y solera, de la soledad a entrenar alevines, del paro laboral a dirigir deportivamente en un club.
Todo se construye. Y cuando sostenemos un engaño de nuestros sentimientos, (que no son otra cosa que maneras de pensar) es para no reconocer algún deseo inconsciente, contrario a lo que decimos que queremos.
Una fórmula muy importante, cuando decimos que queremos algo, pero no podemos conseguirlo, en realidad lo que queremos es otra cosa, que no reconocemos. Porque cuando uno tiene las condiciones necesarias para conseguir algo y “no puede”, es que en realidad no quiere. ¿y si preguntan cómo se aprende a desear? Con la repetición. Por ejemplo: ¿cómo se desea leer? primero hay que leer, y manteniéndose leyendo se llega a desear leer. Después se podrá alcanzar la lectura productiva, y desde ahí podemos reconstruir los pasos, los mecanismos que intervinieron.


Continúa.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Conferencia impartida por el Dr. Carlos Fernández en el CURSO SUPERIOR DE DIRECTORES DEPORTIVOS de la RFEF

"Pájaros de sal". Miguel Oscar Menassa

PSICOANÁLISIS Y FÚTBOL

LA VARIABLE AFECTIVA EN LA ALTA DIRECCIÓN (1ª Parte)


Todos tenemos necesidades, las económicas y las afectivas de sentirnos queridos, valorados, reconocidos, y estas necesidades son a veces más importantes que las económicas. De estas necesidades se desprende: una demanda, un pedido de sueldo, de reconocimiento social, de pertenencia al club. Las necesidades, siempre subjetivas son las que generan el deseo. Sin necesidades no hay deseo.
Se puede desear lo mejor para uno mismo y para los demás. A veces no deseamos lo mejor, rechazamos ayudas, mostramos desprecio en nuestros actos. Y como Directores Deportivos se pueden encontrar en el desempeño de su función con colaboradores que sienten envidia y maltratan, o empleados que muestran “inconscientemente” un complejo de inferioridad y sentimientos de culpa, o situaciones de gran intolerancia, y entonces ¿qué hacer?
Partamos de la siguiente hipótesis de trabajo: “Los sentimientos nos engañan”
La conciencia percibe sólo lo que nos interesa. Decíamos antes que la conciencia funciona como los órganos de la percepción (ojos, oídos, piel). La conciencia tiene ojos para fuera y para dentro, y aquello que le interesa como no lo puede acumular, lo pasa como recuerdo al inconsciente, y allí lo almacena en la memoria. En la memoria está todo lo aprendido (los sentimientos también se aprenden) Todos tenemos una manera de amar, de odiar, que adquirimos principalmente en el entorno familiar.
Los sentimientos nos engañan y prueba de ello es que a veces amamos lo que nos hace mal, odiamos a alguien que nos ayudó, tropezamos varias veces con la misma piedra, creemos firmemente que el sol gira, se mueve alrededor de nosotros y que uno mismo es el centro del universo o de su familia o lo más importante de su equipo, cuando en realidad es la tierra la que gira alrededor del sol, somos todos reemplazables y nuestra manera de amar, de trabajar, de negociar, ya está escrita en algún libro aunque no lo hayamos leído.
En cada acto humano se realiza un deseo inconsciente. Otro ejemplo de que los sentimientos nos engañan: conocemos a una persona y el primer día sin apenas hablar con ella nos cae mal, unas semanas después nos hacemos amigos y terminamos confesando que el primer día me cayó mal.
En realidad cuando rechazamos a alguien, es algo de nosotros que rechazamos, es algo de nosotros con lo que no estamos de acuerdo, aunque generalmente el echemos la culpa al otro o a la realidad. Siempre vemos la paja en el ojo ajeno. Los defectos, los malos pensamientos los desplazamos, gracias al mecanismo llamado de Identificación (Mecanismo por el cual ponemos en los demás características de lo que fuimos, de lo que somos, de lo que nos gustaría ser, del padre protector o de la madre nutriz).

lunes, 21 de septiembre de 2009

Conferencia impartida por el Dr. Carlos Fernández en el CURSO SUPERIOR DE DIRECTORES DEPORTIVOS de la RFEF

PSICOANÁLISIS Y FÚTBOL

GESTIÓN DE LA PERSONALIDAD (aplicaciones a un equipo de fútbol) 2ª Parte

La frase de todos conocida “Mente sana, cuerpo sano” significa que no hay cuerpo sin mente. Hay diferencias notables, los animales tienen instinto, un perro nunca equivoca a su dueño, tienen celo, pero no saben que viven dentro de un cuerpo, no están dotados de lenguaje, pueden tener un código de comunicación, pero no son deseantes. Sin embargo el hombre siente celos, es capaz de olvidar una cita importante, de llamar por el nombre de su peor enemigo a un amigo o con el nombre de la antigua novia a la esposa. Es decir posee Inconsciente, aquello que me hace decir y hacer cosas contrarias a las que conscientemente quisiera hacer o decir.
Los lapsus que todos cometemos son susceptibles de poder ser interpretados y dicen del sujeto, hablan más de uno mismo que lo que uno mismo cree decir. Siempre que hablamos está lo que decimos y además lo que las palabras se dicen entre sí. Por ello a la hora de contratar a un trabajador, jugador, directivo, aquel que se muestre deseante será un candidato firme a ocupar el puesto, para ello es imprescindible saber escuchar. Y para aprender a escuchar hay que empezar previamente por hablar con un profesional de la escucha.
El deseo de un entrenador está en relación a la Directiva y el deseo de los jugadores en relación al entrenador, quiere esto decir que no hay nada que aprendamos si no hay deseo de aprender, que no hay esclavo sin amo. Así cuando un niño no juega con otros niños, tiene problemas con la madre, no juega porque vigila a la madre, por miedo a perderla.
Ejemplo práctico: estamos ojeando a varios jugadores para ocupar una demarcación de por ejemplo lateral izquierdo, llegamos a contar con dos posibles jugadores de características similares (suben bien la banda, buenos marcadores, edad similar, van bien de cabeza, centran correctamente y cuestan más o menos el mismo dinero). ¿por cual de ellos decidirse? Escuchen la implicación del jugador (al deseante con el que se entrevistan) despejen lo fanático y escuchen la pasión que pone en lo que dice, y posiblemente les ayude a definirse por uno u otro jugador, que a larga tendrá menos lesiones, será menos conflictivo, menos sanciones, más comprometido en el grupo, disciplinado y por ende más creativo. Ya que los jugadores imaginativos o creativos o sorprendentes son aquellos a los que se les dejó crecer como futbolistas. Pero con los grandes directivos, directores deportivos, entrenadores, fisioterapeutas… también pasa lo mismo.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Conferencia impartida por el Dr. Carlos Fernández en el CURSO SUPERIOR DE DIRECTORES DEPORTIVOS de la RFEF


PSICOANÁLISIS Y FÚTBOL

GESTIÓN DE LA PERSONALIDAD (Aplicaciones a un equipo de fútbol)1ª Parte


Existen diferentes tipos de necesidades: una de ellas es la necesidad básica, que corresponde con cubrir una serie de cuestiones (casa, comida, puntos suficientes para no descender…) y no entreno más, no me implico más, no estudio más, ¿para qué? También existen otras necesidades creadas, deseantes que corresponden con otros principios, otra realidad, donde se huye del confort intelectual, se tiende a la utopías (aún sabiendo que no existen) donde siempre hay alguien mejor que uno, siempre alguien más grande, siempre la posibilidad de otro campeonato, de más puntos, dinero, amigos, conocimientos, siempre hay un amante mejor que uno mismo, y esa es la manera de pensar de un buen amante, un líder, un campeón.
Otro tipo de necesidades son: económicas, afectivas y sociales.
Necesidades donde nos conformamos con lo justito y que no me molesten: ganar el dinero suficiente para pagar la hipoteca, el colegio…y que no me molesten con más. Este tipo de necesidades corresponden con la satisfacción de un principio psíquico: el Principio del Placer, que tiende al menor gasto posible de energía, la ley del mínimo esfuerzo, tiende a la quietud, al reposo, tiende a un consumo de energía cero. Sucede que no puede funcionar sólo por mucho tiempo pues espeligroso, ya que la tendencia a la parálisis completa, a la quietud total puede llevar al sujeto a la muerte. Por ello existe otro principio psíquico: el Principio de Realidad que le hace al sujeto moverse, implicarse, crecer, motivarse.
Los límites del saber son los límites del principio de placer, por eso que cuando los límites del saber los impone el conocimiento, el saber conocido, no hay goce del saber. El goce del ejercicio del saber es el goce de su adquisición, y si el encuentro con el saber fue doloroso, angustioso o produjo culpa, habrá que saber arreglárselas con esta señales que el yo emite para el sujeto cada vez que ejerza el saber o no habrá goce del saber y el sujeto vivirá sin poder gozar de sus conocimientos, de sus saberes, vivirá en siglos anteriores, vivirá en frases anteriores.
El humano necesita siempre una zanahoria para andar, un compromiso para levantarse de la cama, ya que si nos dejamos gobernar por el llamado Principio de Placer, empezamos cediendo en las palabras y terminamos cediendo en los hechos. Empezamos dejando de entrenar, aislándonos, no comprometiéndose con nada y podemos llegar a enfermar e incluso antes de tiempo llegar a un desenlace fatal. Y la muerte forma parte de la vida, es el último punto, pero se trata de llegar a ella lo más tarde posible.
Todo se construye en el sujeto. Se construyen grandes equipos y también se construyen equipos mediocres. Ganadores natos, significa no que nacieron ganando, ya que todos nacimos perdiendo, sino que fueron capaces de poner límites al Principio del Placer, de renunciar a lo cómodo e inmediato, postergándolo para conseguir algo mejor. Aprender a decir: NO, es civilizador, y sólo el que sabe decir No, puede emitir un SI verdadero.
Generalmente las necesidades afectivas, los reconocimientos sociales son más importantes que los económicos, y un motor para que el jugador continúe entrenando, los directivos sigan trabajando y el club lleve adelante su proyecto deportivo, aunque no lo necesiten para comer o ya alcanzásemos los objetivos.
Trabajar más allá de lo que se necesita, es un acto de amor, porque se genera más trabajo para otros, se crean puesto de trabajo, circula más dinero y estas extensiones en el equipo, de lo grupal, son las que pueden hacer histórico a un club.
El sujeto es social, a la institución le interesa la eficacia y al grupo la historia.
Si hay grupo hay equipo.
Conviene rescatar una relación importante entre necesidad, demanda y deseo, en cualquier actividad humana. Las necesidades producen demandas. Demandar es pedir, solicitar, con ello nos implicamos como sujetos y el deseo siempre se construye. Sólo somos capaces de demandar algo si tenemos una necesidad. Esto conlleva un trabajo, y el trabajo no se puede realizar sin deseo. Dependerá qué tipo de deseo, el resultado será uno u otro. Se gasta tanta energía en suspender como en aprobar, se gasta tanta energía en entrenar como en vaguear. La energía no se destruye, se transforma. Por eso podemos estar más cansados y enfadados cuando no hacemos las cosas bien, que cuando hemos cumplido con nuestros derechos y deberes.
Continúa.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Conferencia impartida por el Dr. Carlos Fernández en el CURSO SUPERIOR DE DIRECTORES DEPORTIVOS de la RFEF


PSICOANÁLISIS Y FÚTBOL


GESTIÓN DE LA PERSONALIDAD ( aplicaciones a un equipo de fútbol)


¿Qué es la personalidad? Pueden leer en los libros diferentes enfoques que proceden, todos ellos, de una misma teoría y en los que se destaca lo mismo: la personalidad es psíquica. Decimos que la personalidad se construye, interviniendo en el proceso diferentes factores: hereditarios, ideológicos, educativos, familiares, sociales y sexuales. La personalidad sería una articulación de los diferentes factores mencionados.
Pero como Director Deportivo ¿Qué me interesa conocer?
El fútbol es ¿un deporte, un juego, una empresa…? El fútbol es todo eso y más. Y en un equipo de fútbol, trabajan innumerables personas. Si hay aproximadamente 700.000 licencias federativas en España, significa que: existen más de quinientas mil familias que no sólo viven y trabajan para y del fútbol, además forma parte de sus vidas.
El trabajo, categoría central en todos los humanos, es la capacidad que el hombre adquirió para, junto a otros humanos semejantes y diferentes a la vez, poder transformar la naturaleza y hacer confortable, su vida, el estudio, el trabajo, su ocio, la familia, sus ideales, la salud…
Todos los pensamientos que se tienen con respecto al trabajo son producto efecto de una ideología. La ideología es ese modo particular de pensar que todos tenemos, esa manera en la que nos fueron transmitidos nuestras primeras experiencias, hábitos alimentarios, afectos y sentimientos, ideas individualistas o grupales, etc, Es decir la ideología nos fue transmitida, no es algo original.
¿Nos preguntarnos de donde procede esa manera de hacer y pensar que tenemos? Podemos incluso llegar a creer que la nuestra es la única y verdadera manera de pensar una cuestión concreta. Por ejemplo: cómo y qué hacer en el trabajo con los jugadores, los directivos, la prensa, los familiares, los árbitros, los agentes de futbolistas, los entrenadores y cualquier otro tenga o no, la misma posición y función social.
Y además debemos saber que: existen deseos inconscientes contrarios a la actividad laboral, deportiva, económica y social que cada uno realiza. Y no siempre, pero a veces esos deseos inconscientes contrarios se muestran, y con ello algo se consigue, algo se beneficia en el sujeto, algo disfruta de esa manera: rico, mediocre o pobre son también propuestas de la mente.
Siempre hay un beneficio secundario en la enfermedad y dice el refrán: “no hay mal que por bien no venga”, quiere esto decir que en toda derrota puede subyacer un beneficio. Y a veces se trabaja, inconscientemente, más por el beneficio secundario, que por los pactos previos y el proyecto común. Y esto se manifiesta, se ve, se puede leer claramente desde los afectos y sentimientos que acompañan toda actividad deportiva.
Si no fuéramos tan buenos seriamos mejores.
La cuestión es que todo tiene consecuencias, hacer y no hacer, trabajar para el equipo y trabajar en contra del equipo, que también es un trabajo, todo tiene consecuencias, todo partido de fútbol tendrá un resultado final. Trabajar a favor de la empresa es un trabajo, también se puede trabajar a favor exclusivamente de uno mismo. Sucede que cuando se trabaja en la posición adecuada, en la función (que es un lugar construido por la institución) entonces, me cuida y protege lo social, y cuando trabajo sólo para mí, dependo de “mi” estado de ánimo y de las variaciones de “mí” personalidad (que ya dijimos varían mucho a lo largo del día).
Cuanto más “atados” estemos, más libertad poseemos. Cuanto más nos sometamos a las normas de la empresa a la ideología empresarial, a las directrices del equipo, más productividad, eficacia y mejores resultados. Cuanto más trabaje para el equipo, mejor futbolista se construirá.
La alta tecnología contemporánea, el exquisito nivel de calidad de los bienes de uso y consumo, las normas de control en los productos que compramos, la elevada información, hacen que cualquier empresa, club de fútbol, institución deportiva pueda acceder a los mejores medios de preparación, dietas, ejercicios físicos, médicos, clínicas, estadios y grandes jugadores. Sin embargo algunos clubes a pesar de contar con lo mejor no triunfan y otros con menos medios alcanzan lo soñado por grandes instituciones. ¿cómo explicarlo? ¿es posible producir éxitos deportivos y económicos en la misma Institución deportiva?
Hay una lógica paradojal que lo explica. Hay ciencias tan conjetúrales como exactas; es el caso de las matemáticas. Y ciencias tan exactas como conjeturales; es el caso del psicoanálisis. Sabemos que siempre hay ganancias en el humano, pero son diferentes las ganancias del que trabaja sólo para sí mismo, a la de aquellos que trabajan desde el grupo para el equipo.


Continúa.