jueves, 20 de agosto de 2009

SEXUALIDAD Y DEPORTE


Con respecto a la sexualidad y el deporte. ¿Hacer sexo antes o después de un partido, es recomendable o no?


Hablar siempre es bueno, antes, durante y después del sexo. La cuestión es compleja y sencilla a la vez, hay opiniones en todas direcciones. Lo problemático es que se quiera imponer al deportista una moral contraria a la suya o una ética que no tolere.
Cada deportista debe conocer lo que le hace bien o no y cuándo; y a su vez hay normas higiénico-dietéticas que deben ser guías, no imposiciones.
Las relaciones sexuales no dejan huella, y cuando aparecen rastros: es la especie la que se impuso al sujeto, al pillarle desprevenido, o ha sido un acto que por hacerse público habla de cierta perversidad o exhibicionismo en el practicante.
La sexualidad tiene una amplitud tan infinita como la articulación de cualquier palabra con cualquier palabra, de modo que cuando se quiere señalar algún interés especial sobre la sexualidad, generalmente se está hablando de una de sus facetas: la genital que no es ni la única, ni precisamente la más importante.
Cuando se plantean cuestiones de sexo y deporte o de deporte y doping, más allá de que esas cuestiones existen, no son más raras en el deportista, que en el resto de la población, es decir cuando en televisión, emiten un programa de sexualidad, suelen proyectar y tratar cuestiones pornográficas, genitales, o cuestiones obscenas, es decir fuera de la escena, pero no suelen llevar ni tratar lo normal, lo sexual o lo erótico.
Cada deportista debe saber, tiene ese derecho, a elegir en cada caso qué hacer, dentro de los límites de la convivencia o el ritmo de la concentración, que para algo se realizan las concentraciones.

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