martes, 8 de febrero de 2011

Ponencia impartida en el Curso Superior de Formación de Directores Deportivos en la RFEF - FRAGMENTO

Todos conocemos la importancia que para nuestras relaciones particulares, tanto con las personas como con las cosas, entraña el punto de partida.
Partimos en el presente trabajo de la articulación: Psicoanálisis y Fútbol con la finalidad concreta, en un primer acercamiento, de empezar a conocer como Directores Deportivos, conceptos de la personalidad (gestión de la personalidad) y los afectos (variables afectivas) válidos y eficaces en la aplicación del trabajo cotidiano.
Dando por sentado que el auditorio al que se dirige la ponencia, es ampliamente conocedor del mundo del fútbol y puede ser que desconozca el universo del psicoanálisis, comenzaré por decirles que aunque pudiera parecerlo, nada ni nadie es ajeno a los temas que hoy trataremos. Todos padecemos, cada primera vez, de una ignorancia docta, necesaria, para aprehender lo nuevo.
Apuesto sobre seguro: todos los presentes en la sala, sueñan.
Todos los presentes en la sala proceden de padre y madre, es decir debieron ser en algún momento de sus vidas ayudados por otros seres humanos para crecer, y además no nos dejaron morir, prueba de ello es que estamos aquí. Por ende antes de nacer, ya existía mundo y después de nosotros, seguirán naciendo otros hombres y mujeres.
Y nacer, como humano, se nace sólo la segunda vez: la primera por el canal del parto y la segunda por el canal del lenguaje. Por ello todos tenemos necesidades semejantes, fruto de pertenecer a la misma especie, y todos somos diferentes por ser sujetos hablantes y deseantes.
Todos los presentes en la sala, como semejantes, deseamos las mismas cosas y simultáneamente, como diferentes a su vez renunciamos, postergamos, trabajamos, nos implicamos, fantaseamos de manera singular. No existe la media naranja, ni tampoco un doble exacto de uno mismo, ni hay dos imaginarios iguales, es decir no existen dos maneras de pensar exactamente iguales, y sin embargo somos capaces de realizar proyectos “conjunta-mente”. Hay eso sí, “un otro” en cada uno de nosotros, desconocido, que nos acompaña y a veces nos lleva a hacer y decir cosas que a “nosotros mismos” nos sorprenden. Todos hemos fallado balones imposibles de fallar, todos hicimos alguna jugada irrepetible que ni sabemos cómo se produjo. Ese otro desconocido, es el Sujeto Psíquico.
Hay que reconocer, atender, cuidar y trabajar en cada humano tanto al Sujeto Biológico como al Sujeto Psíquico. Hoy haremos una primera presentación. Espero que les resulte de gran utilidad.
¿Qué nos reúne? Un pacto, un acuerdo. ¿De ustedes conmigo o viceversa?

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