lunes, 19 de octubre de 2009

Conferencia impartida por el Dr. Carlos Fernández den el CURSO SUPERIOR DE DIRECCIÓN DEPORTIVA de la RFEF

Lejanías. Miguel O. Menassa

PSICOANÁLISIS Y FÚTBOL
LA VARIABLE AFECTIVA EN LA ALTA DIRECCIÓN (6ª Parte)


LA TOLERANCIA nos habla de la aceptación de los semejantes como diferentes. El mal de finales del siglo pasado y principios de este siglo XXI, es la intolerancia, nadie tolera a los demás, a veces ni a uno mismo. Los humanos solemos ser para los otros como cuerpos extraños, esas reacciones inmunológicas donde se reacciona contra lo nuevo, considerándolo extraño y perjudicial. Algo así como que, todo aquello que uno no hubiera pensado previamente no es válido, si lo que leo o me enseñan no se le ocurrió antes o a solas se tiende a despreciar la novedad, donde los mejores valores son los de la familia, donde uno creció, y no se acepta ninguna imperfección y la culpa de todo está fuera de uno mismo y es la realidad la que me ataca. Cuando deberíamos saber que el mayor tirano de uno mismo, el peor enemigo de uno, está dentro de uno. Y lo mejor de uno está fuera de uno, lo que mejor puede hablar de una persona son sus productos, sus resultados, los efectos del trabajo.
La gran tendencia individualista en los humanos es uno de los factores más importantes para el fracaso o la dificultad en un equipo, una empresa o una institución. Es el grupo siempre y en todos los casos el que produce los sujetos, el que produce directivos, entrenadores, jugadores. Es la Institución la que nos cobija, es la empresa la que crea funciones que un trabajador puede desempeñar y no al revés.
La intolerancia al dinero y al éxito es otro de los factores que influyen en un equipo de fútbol. En los afectos y sentimientos se ve la ideología que tenemos de las cosas y las personas. Y la ideología no es tanto lo que digo sino lo que hago.
Recordemos que la ideología es algo heredado, que en su momento perteneció a alguien, que nos enseñaron en la familia, el colegio, el barrio y aunque la consideremos como algo propio y original no lo es. Son frases, pensamientos, ideas, opiniones que dirigen nuestra vida. Por ejemplo nadie nos suele enseñar a trabajar para más allá de aquello que necesitamos, hay pensamientos populares de que “trabajar mata” o ¡parece que quieres ser el más rico del cementerio! etc. Cuando en realidad si se produce más de lo que uno puede gastar, se está produciendo plusvalía, y como algo se nos caerá de las manos, estamos generando con el trabajo una riqueza para otros, luego es un verdadero gesto de amor, producir más de lo que necesitamos y es un gesto egoísta, producir justito solo lo que necesitamos y no trabajar más.
Nuestra manera de pensar está determinada por la personalidad y ésta se conformó durante la infancia en la cual la familia como transmisora de ideología es determinante. La ideología se transmite de manera inconsciente, y no se puede no tener ideología. Si, se puede interpretar y con ello transformar.
LA SEGURIDAD en uno mismo o la inseguridad hablan en todos los casos de la aceptación de la función que desempeñamos en el club. Si estamos bien plantados en la función, esta nos protege ante los vaivenes y dificultades de nuestros afectos, pero si dudamos del equipo, de la táctica, si chocamos con el entrenador aunque no lo expresemos, aunque no se lo digamos, si discrepamos con la ideología del club o la ciudad que representa, si considero que cuando no juego es por favoritismos del entrenador, que no hay nadie mejor que yo, que nadie tiene más conocimientos que yo, que los otros siempre quieren engañarme, si se piensa así, se vivirá y trabajará en una continua zozobra, y los resultados de su trabajo no serán los adecuados.
Los trabajadores, los directivos, los jugadores, los profesionales somos el envoltorio del club, somos los representantes de la institución deportiva, luego lo que hacemos y decimos es la imagen que damos del club, y cuando discrepamos con el club o con las indicaciones de los directivos, mostramos inconscientemente este desacuerdo y esto siempre trae consecuencias.
Las dificultades en el club, es decir todas las relaciones a nivel horizontal con los compañeros y todas las relaciones verticales con los superiores e inferiores, se muestran en nuestro quehacer y en nuestro decir, y esto no se puede ocultar porque tenemos inconsciente, y siempre se muestra. Se muestra cuando estamos a favor de la idea, del proyecto del club y se muestra cuando no estamos a favor del club.
Un jugador puede entrenar fuertemente, pero falla en los partidos, un director deportivo trabaja intensamente, pero falla en los fichajes, un entrenador trabaja intensamente pero los resultados no son buenos, hay que preguntarse por los deseos inconscientes que anidan en estas personas. Tal vez se sientan solas, incomunicadas, tal vez sean individualistas y no acepten ayudas.
Al ser humano por haber sido ayudado a crecer en su infancia, se le genera una deuda, que le lleva a no aceptar, con agrado, nunca más ayudas de nadie. Recuerdo el caso de un famoso magistrado, y lo cuento porque esta información apareció en la prensa, que una vez acabó sus estudios de derecho y aprobó sus oposiciones de juez, le devolvió a su padre todo el dinero que se había gastado con él, desde los 18 años. El padre no lo aceptó, pero el hijo demostró poco agradecimiento con sus progenitores, porque primero éste dinero que pagaba ahora, no es de ninguna manera aquel que le permitió estudiar, y segundo la deuda simbólica que uno adquiere con la familia, la puede pagar con otros jóvenes, para que haya mundo, civilización. Pensemos que somos seres privilegiados hemos nacido en un mundo donde había universidades, hospitales, campos de hierba, podemos pensar en dejar algo para los demás.
Y ¿si nos dieran a elegir entre la familia y el mundo? Si elegimos la familia nos podemos quedar sin el mundo, y si elegimos el mundo, como la familia tiene que estar fuera de uno, si está en el mundo será una mejor familia. Lo mejor de un directivo está fuera del directivo.
Continúa.

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