domingo, 11 de diciembre de 2011

CADA VESTUARIO TIENE SU CÓDIGO

Si cuando nada más llegar al club, uno de los dirigentes, te dice la manera en la que tienes que integrarte al grupo, lo puedes entender como: consejo paternal o código del vestuario y en cada una de ellas se transmite una ideología distinta.
Al vestuario pueden, o no, entrar directivos, periodistas, políticos o artistas, pero del vestuario sólo sale “el código” previamente pactado por el equipo sin intervención posible de directiva, familia, prensa u otros.
Un equipo deportivamente triunfador, para poder serlo, se construyó en grupo y no es lo mismo construirse un grupo que construirse en grupo. Los resultados y efectos son diferentes en cada concepto grupal.
Si hay grupo hay equipo, es decir: el grupo es el alma del equipo y el equipo de fútbol es el cuerpo de la Institución deportiva, como se muestra en aquellos clubes con diferentes secciones deportivas que, económicamente, son subvencionadas por los ingresos que genera el equipo de fútbol.
Cada integrante del grupo así producido puede en su singularidad destacar en algunas tareas más que en otras, lo que le llevará a ocupar las múltiples funciones de un futbolista en el terreno de juego y la función de líder que sólo un grupo puede nombrar. El banquillo es una extensión del vestuario durante el partido.
Así como la institución deportiva está encargada de la eficacia y funcionamiento de todo, el grupo ambiciona la historia, eso es su interés, y ese pacto se cocina sólo en el vestuario.
Cuando conociendo la teoría, los resultados dicen del equipo dicen otra cosa, es un buen momento para “analizar” la cuestión. Para ese cualificado trabajo, también se precisa del especialista adecuado. Y así como no se concibe en el siglo XXI un club profesional sin entrenador, médico, psicólogo, fisioterapeuta, abogado, informático y otros profesionales entre ellos “el psicoanalista del club” capaz de realizar una lectura estructural de los posibles obstáculos y virtudes posibles de ser potenciadas socialmente en el club. En el caso que hubiera algún pedido privado, también debe ser atendido, para beneficio extraordinario del club.
Asesorar, coordinar y supervisar los sueños, delirios y ambiciones de técnicos, jugadores y directivos hace posible su materialización en cada proyecto grupal.
Si en su club hay equipo y no hay grupo, se puede empezar por ahí.
Si en su club hay grupo y al equipo no le va todo lo bien que se entrena, es un buen momento para empezar.
Si hay buenos resultados económicos y no deportivos es indicación empezar.
Si lo que pasa en su club no lo arregla nada ni nadie, los milagros dirán.

Dr. Carlos Fernández
Médico Psicoanalista
Especialista en Dirección Deportiva
www.carlosfernandezdelganso.com

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