sábado, 26 de noviembre de 2011

LA REALIDAD SE PRODUCE

Otro dato fundamental en los grupos, son las relaciones “Inter e Intra”, de modo tal que podemos decir que no solamente hay relaciones intersistémicas (entre los jugadores, entre los técnicos y entre las Instituciones) además y, esto es fundamental, existen las relaciones intrasistémicas (un sujeto se relaciona también consigo mismo, cada jugador puede ser diferente en cada partido) y la lógica psicoanalítica va de lo particular a lo general. Lo internacional permite, es límite de lo interno y externo. Un jugador, un directivo pertenecen al club y en cada deportista, en todo profesional existe un club, en cada sujeto hay un equipo, si el concepto que nos dirige es grupal y estamos de acuerdo con el proyecto deportivo.
Estar de acuerdo, es acordar que solos nada podemos, que lo mejor de cada uno está fuera de uno mismo (en el grupo que me produce), que el peor rival anida dentro de la piel cuando existen afectos contrarios al pacto, cuando a pesar de haber firmado el contrato laboral no rubricamos con el contrato emocional de pertenencia y pertinencia.
La realidad se construye, no hay realidad psíquica, no hay realidad material, concreta ya hecha esperándonos. Todo lo humano se construye con trabajo, entrega y dedicación.
Sabemos, los especialistas en psicoanálisis deportivo, que es la realidad psíquica la que produce una alteridad en la realidad material; una realidad objetiva, concreta, una objetividad nueva, un nuevo nivel de objetividad que inaugura una doble alteridad con la que poder pensar al sujeto en lo social y al profesional deportivo en la competición.
Sin la interpretación psicoanalítica que produce el método y la técnica, sin la interpretación no hay palabra y acto simultáneo. Es decir cuando hay grupo se juega en equipo. Después la vida, el partido, las lesiones, el árbitro, el público, los postes, el azar con sus propias leyes que nunca son azarosas, sólo después el jugar puede ser un estilo de pensar, de vivir, un hacer donde jugar será vivir.
Y no se trata de convencer (con-vencer) sino de conmover (con-mover), porque no se pueden vencer, no se puede luchar contra los antiguos pensamientos. Lo que se puede es incluir los nuevos pensamientos y estos trabajaran, en la medida del deseo del sujeto, a los antiguos pensamientos, pudiendo transformarse el profesional deportivo y con ello se producirán nuevos resultados en la realidad del deportista.
El psicoanálisis, en este sentido, no viene a arreglar nada en el fútbol (si es que hubiera algo que arreglar) ni a sustituir alguna profesión por otra. El psicoanálisis deportivo es un instrumento eficaz, novedoso y por ende no comparable con otras funciones dentro de un equipo de fútbol. Los efectos hablan por si mismos.
El psicoanálisis puede leer la superestructura y la infraestructura del deporte, al poder escuchar las diferentes relaciones Inter. e intrasistémicas de los sujetos implicados en el fútbol. Esta lectura, este estudio, esta puntuación que realiza el psicoanálisis del fútbol, puede ser útil para ampliar, sumar y mejorar la dinámica psíquico-social de los sujetos que participan en la experiencia grupal. Que de ello se desprenda, una estética deportiva, triunfos en buena lid y una economía política rentable, son beneficios extraordinarios del propio deporte, estudiado por las diferentes disciplinas científicas.
El concreto de pensamiento, desde Marx es palabra y acto al mismo tiempo. Y desde Freud la palabra designa la cosa, la produce, es decir que lo que se enuncia bien está claramente concebido.
Hay ley del deporte y reglamento en el fútbol, ya que el fútbol se considera un deporte, es decir sujeto actualmente a leyes, normas y regulación de ámbito nacional, continental e internacional. Así existen diferentes organismos como la RFEF, UEFA, FIFA con potestad sobre los torneos españoles, europeos y mundiales. Siendo el lenguaje internacional, lo simbólico e infraestructural, que permite pensar en cada país, la lengua, en la que proyectar el crecimiento deportivo entre otros. Somos “unos” entre otros “unos”. Y, no siempre fue así, hubo un tiempo en que la libertad fue máxima, el viento imperaba en cualquier territorio, la fuerza se imponía, los dioses reinaban los corazones y la peste era una ciudadana con credenciales. Pero el hombre construyó disciplinas, teorías, ciencias para, entre otros hombres, dominar la naturaleza y con trabajo transformarla en habitable.
Los diferentes objetos de conocimiento de cada ciencia produjeron rupturas epistemológicas, es decir distanciamiento de la realidad, analizar los prejuicios que obstaculizan lo nuevo, estudiar todo aquello que no era ni mensurable ni visible y sin embargo sobredetermina lo humano. La teoría de los números naturales, la teoría heliocéntrica, la teoría de las especies, la teoría del valor y la teoría del falo han permitido repetir lo diferente y verificar en cualquier lugar lo singular del humano, ya que todos soñamos, somos sujetos psíquicos y sociales, siendo el grupo la máquina productora de estos sujetos.
La poesía fue en todos los casos método de conocimiento, eficaz instrumento, capaz de apropiarse de cada realidad, para transformarla y develar alguna ceguera en el hombre. Y así el hombre pudo llegar por ejemplo a practicar junto a otros compañeros algún deporte en equipo y enfrentarse con otros por haber podido previamente pactar el futuro desencuentro, marcado por un punto final y aceptar el resultado, efecto del juego.
Los hechos sólo existen después de ser interpretados y los sentimientos son siempre infantiles. Por eso hasta que no hubo un código escrito, una reglamentación que legislara la práctica del fútbol (hecho que sucedió en un tiempo lógico) éste no se pudo practicar como tal deporte. Antes de estar escritas las normas de su práctica no se sabía de qué se trataba, era un juego más de pelota. El tiempo lógico es el tiempo colectivo, es decir el tiempo del sujeto psíquico, que nos permite pensar el sujeto de las ciencias, el sujeto de la ética, el sujeto de la lógica grupal que puede transformar la ideología; considerando que la ideología, como interés de los gobernantes, es el conjunto de modos y creencias inconscientes que permiten el manejo de la realidad.
El tiempo lógico que dirige los grupos es un proceso de tres situaciones que suceden a la vez: instante de la mirada, tiempo de comprender y momento de concluir, momento de concluir, el tiempo de comprender del instante de la mirada. En la producción de todo grupo interviene este proceso colectivo.
La poesía, como instrumento de conocimiento es precisa: Vivir, desde el principio es separarse y dejar algo, también es abrirse a otras realidades. Por eso que apropiarse de los nuevos conocimientos y que lo desconocido, que ya gobierna, puntúe los nuevos sentidos en todas las direcciones del deseo, es una apuesta fuerte.
El trabajo de todos los integrantes de un club de fútbol, los proyectos de las diferentes instituciones deportivas, dependiendo de que en su rodar azaroso el balón penetre la portería contraria, que es la meta propia, es una apuesta fuerte. Y sabemos que el azar tiene sus propias leyes que no son, para nada, azarosas.
Que todo o casi todo (la comida de varias familias, los proyectos empresariales para nuevas inversiones, los diferentes planes de salud y educación, la calidad de vida de los vástagos, la creación o no de cantera…) que casi todo dependa de ese “azaroso” rodar del esférico, es una apuesta fuerte. Sobretodo cuando sabemos que el azar está sobredeterminado por las leyes del juego, que no hay azar sin ley, que un cristal nunca se rompe azarosamente, sigue en todos los casos sus líneas de fractura.
La economía, la anatomía, la política y el deporte también tienen leyes.
El dolor es inevitable, y habrá para todos, es un límite del cuerpo. Que no tenga umbral, que sea inmedible no significa que no se haya intentado hacer cuantificable (hay escalas del uno al cinco) pero siempre es subjetivo (pertenece al decir del sujeto).
Y dolor habrá siempre, se puede amortiguar, calmar, sedar, transformar o gozar. Siempre está el goce de lo que no sirve. Siempre habrá quien busque el sufrimiento con anhelo y pasión ya que la culpa inconsciente anida en todas las almas. Y con el alma no se puede acabar, es una producción en la historia del pensamiento. Se la puede analizar, curar, transformarla en calma, fortuna, pasión...
En el jugar, es ley del juego que: a veces se gana y otras se pierde.
Habrá pues que aprender a participar (aprender las reglas del juego) si se quiere jugar. Hay leyes que se produjeron tras largos siglos de investigación: las matemáticas, la física, el marxismo, el psicoanálisis, el derecho, la lingüística, la química, la biología, permitieron, y en la historia de los juegos de pelota se puede apreciar, como el hombre llegó a inventar el fútbol, tal vez, no por casualidad en Inglaterra.
Fue en Inglaterra donde Karl Marx investigó y produjo por escrito su obra: El Capital. La teoría del “Valor” enunciando la Ley de la economía política en la producción y distribución del capital en su conjunto, tomando como ejemplo de estudio, la industria inglesa. Posiblemente una de las teorías más revolucionarias de los últimos siglos junto con la teoría del “Inconsciente” del Psicoanálisis.
Diferenciar el tiempo cronológico del tiempo lógico es tan importante como la asimetría que existe entre la palabra hablada y la palabra escrita. Quiero señalar, y esto nos puede llevar toda una vida, que en todos anida una ideología, que no se puede no tener ideología y que según sea la teoría que nos piense, así será la ideología que nos gobierne. Sabemos que en todos los casos, es inconsciente la transmisión de ideología y nunca deja de funcionar.
En la acción se ve la ideología, luego no se puede decir cual es la ideología antes de la acción. Se puede, eso sí, interpretar después de la acción.
La ideología nada tiene que ver con las ideas; es decir el momento de la ideología impide pensar, es lo que determina la acción, de tal modo que sin ideología no hay acción, no hay movimiento, no hay sujeto psíquico, no hay sujeto social sin ideología.






Del Libro: FÚTBOL Y PSICOANÁLISIS (próxima publicación)





Autor: Dr. Carlos Fernández




Nº Reg. Prop. Intelectual: 6190/2010

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