Los
aficionados de los equipos de fútbol, muestran un encono frente al rival de
turno que resulta archiconocido en todas las latitudes. Hay rivalidades muy
conocidas, fruto del narcisismo de las pequeñas diferencias, y en otras
ocasiones el detonante es un partido especial, como una final, donde en buena
lid cada afición canta a los suyos. Un ejemplo es la contra oda que escribió el
poeta Gabriel Celaya, declarado seguidor donostiarra, en contestación a la Oda de Rafael Alberti.
CONTRAODA DEL POETA DE LA REAL SOCIEDAD
Y
recuerdo también nuestra triple derrota
en
aquellos partidos frente al Barcelona
que si
nos ganó, no fue gracias a Platko
sino
por diez penaltis claros que nos robaron.
Camisolas
azules y blancas volaban
al
aire, felices, como pájaros libres,
asaltaban
la meta defendida con furia
y nada
pudo entonces toda la inteligencia
y el
despliegue de los donostiarras
que
luchaban entonces contra la rabia ciega
y el
barro, y las patadas, y un árbitro comprado.
Todos
lo recordamos y quizá más que tú,
mi querido
Alberti, lo recuerdo yo,
porque
estaba allí, porque vi lo que vi,
lo que
tú has olvidado, pero nosotros siempre
recordamos:
ganamos. En buena ley, ganamos
Y hay
algo que no cambian los falsos resultados.
Del
libro: Poetas del Fútbol
Dr.
Carlos Fernández del Ganso
The followers of the football teams show rancour against the rival on duty that is extremely well-known in all latitudes.
There are well-known rivalries, result of the narcissism of small differences, and in other occasions the clash is a special game, as a
final, where by good means each follower sings to their team. An example is the
ode that the poet Gabriel Celaya who was declared Donostiarra follower, wrote in response to the Ode of Rafael
Alberti.
ODE IN RESPONSE BY THE POET OF THE
REAL SOCIEDAD
And I also remember our triple defeat
in those matches against Barcelona
that if they won us, it was not because Platko
but by ten clear penalties which were stolen us.
blue and white camisoles flew
in the air, happy, as free birds,
they assaulted the goal defended with force
and then nothing could all the
astuteness
and the display of the donostiarras
who fought then against the blind fury
and the mud, and the kicks, and a bought referee.
All remember it and perhaps more than you,
my lovely Alberti, I remember it,
because I was there, because I saw what I saw,
what you have forgotten, but we always
remember: We won fair and square, we won.
And there is something that does not change the false results.
From the book: Football Poets
Dr. Carlos Fernández del Ganso
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