Esta discrepancia,
de los poetas por el fútbol, ha sucedido más veces. Así en 1943 el poeta
Federico Muelas dedica una Oda a Jacinto Quinconces. El texto se publica en la
revista “Garcilaso, juventud creadora” ensalzando la trayectoria futbolística
de uno de los mejores defensas españoles y agradeciendo la entrega deportiva
del jugador que militó tantos años en el Real Madrid.
Pero el énfasis del
poema es contestado en “Segunda Oda a Quincoces” por los redactores de la misma
revista que lo había publicado en
noviembre de 1943.
Reproducimos aquí
ambas odas y usted señor lector podrá apreciar que la pasión se produce siempre
entre las ideas, entre los proyectos, entre los hombres del fútbol y llega
hasta nosotros en letra impresa. Por eso decimos que la Historia siempre la
escriben los vencedores. Si la escribiesen los vencidos sería otra.
¿Entonces?....
La poesía es la
historia de la humanidad y más allá no hay.
Esta es la Oda que escribió Federico
Muelas
ODA A JACINTO QUINCOCES
Canten otros la
suerte de la rosa,
la trayectoria débil
del suspiro.
Yo lo haré de tu
vida impetuosa.
Eternizada en el
recuerdo, miro
-clavada por la
aguja de un instante
en el aire- tu
entrada impresionante.
No engañas tú como
el dolor o el celo.
Elemental y recio,
tu pasado
es la cruda tangente
para el vuelo
de un litro de aire
en cuero aprisionado,
buscando, punto de i
controvertido,
Su perdida vocal en
el partido.
Si pájaro –por
blanco gaviota-
sobre el mar del
estadio revolante,
dique el torso
potente a la derrota;
para el mundo-
balón, fugaz Atlante
En vigilancia firme:
Polifemo
Al sutil dispararse
del extremo.
Alta fue la razón
que en la teoría
-uno, tres, cinco-
interpoló el gemelo
fuste de la defensa
que impedía
-nido- red al balón
de loco vuelo.
Mas el “non-plus” de
heráldica ascendencia
Sólo fue realidad
con tu presencia.
Sobre el verde
tapiz, la geometría
delirando en los
pies del delantero;
página
de sutil caligrafía
buscando el “visto
bueno” del arquero:
el inútil vigor de
la estirada
dejándola por
siempre rubricada.
Pero allí estabas
tú, fina tijera
abierta en el
instante necesario.
Tela de araña de la
delantera.
Tú, mirmillón,
contra el audaz reciario.
¡Y cómo en un
instante se desteje
la cuidadosa
urdimbre a tu despeje!
Creador de
astronómicos rigores
en el cosmos-estadio,
su planeta
de cuero en ¡oh! de
los espectadores,
por ti regido vuela
hacia la meta.
Tuyo el hilo en
ovillo de jugada,
sésamo -¡gol!- de la
enemiga arcada.
Centauro de
firmísimo cimiento;
arcángel descendido
a la pradera
pasando -en soberano
detrimento-
del limpio vuelo a
la voraz carrera.
Ala en el suelo,
recio torso arriba
y siempre la emoción
en carne viva.
Pienso en tu
patronímica rudeza
por el nombre floral
condecorada,
como signo: La
helénica belleza,
Con su viril rigor,
de la jugada.
Alta divisa “Yo con
mano dura
en la piedra
despierto la escultura”.
Jacinto: amo tu
gloria que proclama
no áurea trompetería
mitológica
al severo dictado de
la Fama.
Con solemne secuela
pedagógica.
Amo, saberse en
lenguas doce añeras
de las competiciones
callejeras.
(Continuará)
Del
libro: Poetas del Fútbol
Dr.
Carlos Fernández del Ganso
This discrepancy of poets for football
has happened more times.Thus in 1943 the poet Federico Muelas dedicated an ode
to Jacinto Quinconces. The text was published in the journal "Garcilaso,
Creative Youth" eulogising the football career of one of the best Spanish
defences and thanking the sport dedication of the player who played for many
years at Real Madrid.
But
the emphasis of the poem was answered in "Second Ode to Quincoces" by
the editors of the same journal that had published it in November 1943.
We
reproduce here both odes and you dear reader will be able to appreciate that
passion always occurs among ideas, among projects, among the men of football
and comes to us in print letter. So we say that history is always written by
the victors. If it were written by the vanquished it would be another history.
Then? ....
Poetry
is the history of humanity and beyond there is not.
This
is the Ode which Federico Muelas wrote.
ODE TO JACINTO QUINCOCES
Those sing
the luck of the rose,
the
weak trajectory of the sigh.
I will
do it of your impetuous life.
Immortalized
in the memory, I look
-stunned
by the needle of a moment
in the
air- your impressive entrance.
You do
not deceive as pain or jealousy.
Simple and intense,
your past
it is
the hard tangent for the flight
of a
litre of air in leather trapped,
looking
for, dot of controversial i,
His lost
vowel in the game.
If
bird- for white seagull-
over
the sea of the stadium that flies around,
dyke
the powerful torso to the defeat;
for
the World-ball, brief Atlante
In solid vigilance:
Polyphemus
The subtle to shoot of the extreme.
High
was the reason that theoretically
-one,
three, five- inserted the calf muscle
consequence
of the defence that impeded
-nest-
net to the ball of crazy flight
But
the ¨non-plus¨ of heraldry ancestry.
It was
only reality with your presence.
Over
the green tapestry, the geometry
raving
in the feet of the forward;
page of subttle
calligraphy
looking
for the “approve” of the goalkeeper:
the
useless vigour of the stretch
leaving
it initialled for ever.
But
you were there, thin scissors
opened
at the required instant.
Spider
web of the forwards.
You, mirmillón, against the audacious
gladiator.
! And as in an instant it is unravelled
the
careful warp to his clearance!
Creator
of astronomical rigors
in the
cosmos-stadium, your planet
of
leather in ! oh! from the viewers,
ruled
by you he flies toward the goal.
Yours,
the thread in ball of play,
sesame
-¡gol - of the arcade enemy.
Centauro
of very firm foundation;
archangel
descended to the meadow
going
through-in sovereign detriment-
from
the clean flight to the voracious race.
Wing
in the ground, strong torso up
and
always emotion in the raw wound.
I
think about your patronymic roughness
awarded
by the award floral name,
as a
sign: The hellenic beauty,
With
his manly rigor, of the play.
High
emblem “with a firm hand in the stone
I awake the
sculpture. "
Jacinto:I love your glory that
proclaims
not golden mythological trumpets
to the severe dictation of the fame.
With solemn pedagogical sequel.
I love to know in languages twelve añeras
of the competitions from the
streets.
(To be continued)
From the book: Football Poets
Dr. Carlos Fernández del Ganso
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