martes, 21 de abril de 2015

POETAS DEL FÚTBOL - POETS OF FOOTBALL

Esta discrepancia, de los poetas por el fútbol, ha sucedido más veces. Así en 1943 el poeta Federico Muelas dedica una Oda a Jacinto Quinconces. El texto se publica en la revista “Garcilaso, juventud creadora” ensalzando la trayectoria futbolística de uno de los mejores defensas españoles y agradeciendo la entrega deportiva del jugador que militó tantos años en el Real Madrid.
Pero el énfasis del poema es contestado en “Segunda Oda a Quincoces” por los redactores de la misma revista que lo había  publicado en noviembre de 1943.
Reproducimos aquí ambas odas y usted señor lector podrá apreciar que la pasión se produce siempre entre las ideas, entre los proyectos, entre los hombres del fútbol y llega hasta nosotros en letra impresa. Por eso decimos que la Historia siempre la escriben los vencedores. Si la escribiesen los vencidos sería otra. ¿Entonces?....
La poesía es la historia de la humanidad y más allá no hay.
Esta es la Oda que escribió Federico Muelas

ODA A JACINTO QUINCOCES

Canten otros la suerte de la rosa,
la trayectoria débil del suspiro.
Yo lo haré de tu vida impetuosa.
Eternizada en el recuerdo, miro
-clavada por la aguja de un instante
en el aire- tu entrada impresionante.
No engañas tú como el dolor o el celo.
Elemental y recio, tu pasado
es la cruda tangente para el vuelo
de un litro de aire en cuero aprisionado,
buscando, punto de i controvertido,
Su perdida vocal en el partido.

Si pájaro –por blanco gaviota-
sobre el mar del estadio revolante,
dique el torso potente a la derrota;
para el mundo- balón, fugaz Atlante
En vigilancia firme: Polifemo
Al sutil dispararse del extremo.

Alta fue la razón que en la teoría
-uno, tres, cinco- interpoló el gemelo
fuste de la defensa que impedía
-nido- red al balón de loco vuelo.
Mas el “non-plus” de heráldica ascendencia
Sólo fue realidad con tu presencia.

Sobre el verde tapiz, la geometría
delirando en los pies del delantero;
página de sutil caligrafía

buscando el “visto bueno” del arquero:
el inútil vigor de la estirada
dejándola por siempre rubricada.
Pero allí estabas tú, fina tijera
abierta en el instante necesario.
Tela de araña de la delantera.
Tú, mirmillón, contra el audaz reciario.
¡Y cómo en un instante se desteje
la cuidadosa urdimbre a tu despeje! 

Creador de astronómicos rigores
en el cosmos-estadio, su planeta
de cuero en ¡oh! de los espectadores,
por ti regido vuela hacia la meta.
Tuyo el hilo en ovillo de jugada,
sésamo -¡gol!- de la enemiga arcada.

Centauro de firmísimo cimiento;
arcángel descendido a la pradera
pasando -en soberano detrimento-
del limpio vuelo a la voraz carrera.
Ala en el suelo, recio torso arriba
y siempre la emoción en carne viva.


Pienso en tu patronímica rudeza
por el nombre floral condecorada,
como signo: La helénica belleza,
Con su viril rigor, de la jugada.
Alta divisa “Yo con mano dura
en la piedra despierto la escultura”.

Jacinto: amo tu gloria que proclama
no áurea trompetería mitológica
al severo dictado de la Fama.
Con solemne secuela pedagógica.
Amo, saberse en lenguas doce añeras
de las competiciones callejeras.
(Continuará)


Del libro: Poetas del Fútbol
Dr. Carlos Fernández del Ganso



        This discrepancy of poets for football has happened more times.Thus in 1943 the poet Federico Muelas dedicated an ode to Jacinto Quinconces. The text was published in the journal "Garcilaso, Creative Youth" eulogising the football career of one of the best Spanish defences and thanking the sport dedication of the player who played for many years at Real Madrid.

But the emphasis of the poem was answered in "Second Ode to Quincoces" by the editors of the same journal that had published it in November 1943.
We reproduce here both odes and you dear reader will be able to appreciate that passion always occurs among ideas, among projects, among the men of football and comes to us in print letter. So we say that history is always written by the victors. If it were written by the vanquished it would be another history. Then? ....
Poetry is the history of humanity and beyond there is not.
This is the Ode which Federico Muelas wrote.

ODE TO JACINTO QUINCOCES

Those sing the luck of the rose,
the weak  trajectory of the sigh.
I will do it of your impetuous life.
Immortalized in the memory, I look
-stunned by the needle of a moment
in the air- your impressive entrance.

You do not deceive as pain or jealousy.
Simple and intense, your past
it is the hard tangent for the flight
of a litre of air in leather trapped,
looking for, dot of controversial i,
His lost vowel in the game.

If bird- for white seagull-
over the sea of the stadium that flies around,
dyke the powerful torso to the defeat;
for the World-ball, brief Atlante
In solid vigilance: Polyphemus
           The subtle to shoot of the extreme.

High was the reason that theoretically
-one, three, five- inserted the calf muscle
consequence of the defence that impeded
-nest- net to the ball of crazy flight
But the ¨non-plus¨ of heraldry ancestry.
It was only reality with your presence.

Over the green tapestry, the geometry
raving in the feet of the forward;
page of subttle calligraphy
looking for the “approve” of the goalkeeper:
the useless vigour of the stretch
leaving it initialled for ever.
But you were there, thin scissors
opened at the required instant.
Spider web of the forwards.
You, mirmillón, against the audacious gladiator.
!  And as in an instant it is unravelled
the careful warp to his clearance!

Creator of astronomical rigors
in the cosmos-stadium, your planet
of leather in ! oh!  from the viewers,
ruled by you he flies toward the goal.
Yours, the thread in ball of play,
sesame -¡gol - of the arcade enemy.

Centauro of very firm foundation;
archangel descended to the meadow
going through-in sovereign detriment-
from the clean flight to the voracious race.
Wing in the ground, strong torso up
and always emotion in the raw wound.

I think about your patronymic roughness
awarded by the award floral name,
as a sign: The hellenic beauty,
With his manly rigor, of the play.
High emblem “with a firm hand in the stone
I awake the sculpture. "

           Jacinto:I love your glory that proclaims
           not golden mythological trumpets
           to the severe dictation of the fame.
           With solemn pedagogical sequel.
           I love to know in languages twelve añeras
           of the competitions from the streets.
(To be continued)


From the book: Football Poets
Dr. Carlos Fernández del Ganso



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