SEGUNDA JORNADA (21 de septiembre de 2014)
C. D. GRUPO CERO
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C. D. FORTUNA “B”
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La experiencia no otorga ningún saber, cada partido de
fútbol es un encuentro nuevo, insospechado e inesperado en la competición.
Tolerar la incertidumbre antes del partido y el goce del después, produce un
saber deportivo que sólo se puede compartir, no se puede exportar ni regalar,
se puede grupalmente compartir. Por eso que todas las fantasías previas de ser
titular o suplente o no ir convocado o…son intentos baldíos donde lo individual
pierde siempre frente al grupo.
Era el debut en casa y todo encuentro con lo nuevo, entraña
una satisfacción y un matiz de hostilidad inconsciente. La satisfacción puede
detener el crecimiento del equipo, la hostilidad instala los mecanismos de
defensa e inhibición necesarios en el encuentro con el otro semejante, ya sea, auxiliar,
compañero o rival deportivo.
Así comenzó el partido con buen juego en defensa, sacando
el balón con dos toques y circulando con apoyos en el centro del campo, hasta llegar
al área rival, donde la inhibición se apoderaba del equipo frente al gol; ello a
la vez permitió estudiar desde el banquillo la complejidad del partido.
Los puntos se ganan sobre el terreno de juego, los
campeonatos se ganan desde el banquillo y la competición se genera desde el
proyecto deportivo. Actividades todas ellas posibles y diferentes por la tarea
inconsciente que comanda el grupo.
Jugar al fútbol hasta alcanzar la humildad grupal del que
sabe aceptar la táctica del equipo y las indicaciones del cuerpo técnico para
crear un estilo de juego en donde jugar sea crecer, es una tarea tan
inconsciente como gratificante es la victoria.
Los compañeros, los aficionados, los directivos, los
rivales son necesarios en toda competición y ante los obstáculos que aparecen,
se puede querer cambiar al otro (entrenador, compañero o rival) o transformar
la manera de relacionarse con ese otro.
No es fácil alcanzar la victoria y más difícil, aún, permitirse
el goce del triunfo y continuar entrenando, creciendo y ganando.
Queremos insistir en la importancia de la formación de los
directivos y de los árbitros en la función que desempeñan con respecto a la
autoridad que representan. No debemos confundir la fuerza con la ley, la
autoridad con el poder y la palabra hablada con la escrita. No es fácil dirigir
ni legislar, tal vez por ello la formación de estos profesionales (también en
el futbol aficionado) debe considerar la diferencia entre los conceptos teóricos
y las nociones ideológicas que dirigen el pensamiento deportivo.
Volvimos a escuchar en nuestro estadio las canciones del
¡¡Grupo Cero, Grupo Cero!! y pudimos dedicarle una victoria al Presidente
Honorífico del Club, don miguel Oscar Menassa por su 74 cumpleaños.
Aupa el Fútbol y Viva La poesía!!!
Dr. Carlos Fernández
Médico Psicoanalista
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