Un hombre muere
apenas si otro hombre lo nombra, escribió el poeta Menassa, y en la gran
familia del fútbol, también suceden desgracias, tragedias imborrables. Juan Gómez “Juanito” hábil y
rápido extremo derecho que militó en varios clubes y en la selección española,
volviendo de presenciar un partido (de Champion de su Real Madrid en el estadio
Bernabéu) a Mérida, al que estaba entrenando, sufrió un fatal accidente de
tráfico. Ángeles Mora le dedicó un soneto:
SE VA MI SOMBRA, PERO YO ME QUEDO
Mientras muerda un
estadio la pasión
y un defensa burlado
muerda el césped
y eléctrico y fatal
de nuevo huésped
eterno de otros pies
corra un balón.
Mientras un siete
por la banda ruede
y la pelota habite
el graderío
y de agua milagrosa
surja un río
que gargantas y
piernas desenrede.
Mientras el área
rompa un cruel regate,
el balón reconozca a
un compañero,
el gol se cante, el
mito se desate
y herido ante la red
quede un portero…
aunque nada en el
centro lo delate,
entre nosotros
brindará un torero.
Otro poema que
podemos dedicar a todos aquellos futbolistas que fueron sorprendidos, con las
botas puestas, por la muerte súbita es el escrito por Mario Cuenca Sandoval,
con el título de “Fin del tiempo reglamentario”
FIN DEL TIEMPO REGLAMENTARIO
“El centrocampista del Manchester City se desplomó
mediada la segunda parte y, tras intentar reanimarle en el campo,
posteriormente fue evacuado a un hospital de Lyón donde se certificó su
fallecimiento. El futbolista, de 25 años, había sido internacional en 64
ocasiones anotando 8 goles (…). EL presidente del la FIFA , (…..) se ha mostrado
“conmocionado” por la muerte del jugador camerunés, pero ha señalado que “el
fútbol debe continuar” (El
País, 26-06-2003)
No es ese primer plano
de un hombre que se asfixia
No su boca de pez mordiendo
el aire
esa fruta vacía
en que confluyen todas las miradas
como luciérnagas
No se trata de eso
No el modo en que su cuerpo
se desploma
como una marioneta con las cuerdas ardiendo
tras sostener
un demasiado breve teatro de equilibrios
sobre el agua común
del terror y el asombro
No se llame ilegítima la
piedad que despierta
(La piedad es un viaje al fondo de lo humano)
No sea nadie ingenuo
porque siempre hay un palmo de terreno
donde podrá la muerte masticar los segundos
mientras discurra el tiempo de partido
(La muerte es un antílope
El terreno de juego igualmente es su hábitat)
No es el sonido del cuerpo
que termina
Cuando golpea al fondo de
este mundo
(Ese ruido de tubos y bidones)
No la mueca de horror
(lejana) de su amante
(Laocoonte al otro extremo de planeta)
No se trata de eso
Es el silencio
No se parece a nada de este
mundo
el silencio delante de la
cámaras
El autor de famosos
y diferentes “Villancicos” José María Fernández Nieto, en 1969 escribió,
dedicándoselo a los jugadores, el siguiente:
VILLANCICO DEL FUTBOLISTA
Porque ha nacido el
Señor
mañana no habrá
partido.
¡Acércate, jugador,
a ver al recién
nacido…!
Con su camiseta a
rayas
llega el muchacho
risueño
¡Silencio, amigo, no
vayas
a despertar al
pequeño…!
José, que no conocía
las reglas del
balompié,
le ha preguntado a
María:
¡cómo saberlo podría
si no lo sabe José!
José pregunta: “¿has
venido
a rendirle
pleitesía?”
Y el jugador,
sorprendido,
dice que no, que él
creía
que era el Portal
portería
de algún celeste
partido.
Jesús con sus manos
bellas
le está pidiendo el
balón
y recibe la ovación
de un graderío de
estrellas.
Chuta el niño a la
primera;
María exclama: ¡Es
un sol!
José dice: ¡Aquí hay
madera!
Y en la Creación entera,
bien claro y en
español,
los demonios gritan:
¡Fuera!
los ángeles gritan:
¡Gol!
(Continuará)
Del
libro: Poetas del Fútbol
Dr.
Carlos Fernández del Ganso
A man dies barely if another man name it, wrote the
poet Menassa, and in the great family of football, misfortunes also happen,
unforgettable tragedies. Juan
Gómez “Juanito” skilful
and fast right end, who was a member in different clubs and in the Spanish
National Team, coming back of watching a match ( The Champion of his Real
Madrid in the Bernabéu stadium) to Mérida, that trained before, suffered a
fatal traffic accident. Ángeles Mora dedicated him a sonnet.
MY SHADOW
LEAVES, BUT I STAY
While a stadium bite the passion
and a mocked defence bite the grass
and electrical and fatal again host
eternal of other feet run a ball.
While a seven roll for the band
and the ball inhabit the stands
and from a miraculous water emerge a river
that unravel throats and legs.
While the area break a cruel dribble,
the ball recognize a teammate,
the goal be sang, the myth be loosed
and wounded before the net be a goalkeeper ...
although nothing in the center betray itself him,
among us will dedicate a bullfighter.
Another poem that we can devote to all those players
who were caught, with his boots on, by the sudden death is the writing by Mario
Cuenca Sandoval, entitled "End of the game"
END OF
THE GAME
"The midfielder of the Manchester
City collapsed in the middle of the
second part and, after trying to revive him on the field, later he was
evacuated to a hospital in Lyon where he was
pronounced dead. The footballer, 25 years old, had been international in 64 occasions
scoring 8 goals (...). The President of the FIFA, (... ..) was "shocked" by the death of Cameroon
player, but he noted that "football must go on" (El País, 26-06-2003)
It is not that foreground
of a man
who is choking
No his fish mouth biting the air
that empty
fruit
where all
glances converge
like
fireflies
It is not about that
Not the way his body collapses
like a
puppet with the strings on fire
after
holding
a short
theatre of harmonies
over the
common water
of terror
and amazement
It Is not named illegitimate the piety that arouses
(Piety is a journey to the depths of the
human)
Nobody be naive
because
there is always a span of land
where
death will be able to chew the seconds
while passing the match time
(Death is an antelope
The pitch
is equally its habitat)
It is
not the sound of the body ending
When it hits the bottom of the world
(That sound of pipes and drums)
No grimace of horror (far) from her lover
(Laoconte the other side of the planet)
It is not that
It is the silence
It is not like anything in this world
silence in front of the cameras
The author of famous and different "Carols"
José María Fernández Nieto, wrote in 1969, dedicating it to the players, the
following:
FOOTBALL
PLAYER CAROL
Because the Lord is born
there would not be match tomorrow.
Come, player,
to see the newborn ...!
With his striped shirt
comes the smiling boy
Silence, friend, do not go
to awake the little ...!
Joseph, who did not know
the football rules,
has asked to Mary:
How could I know it
if Joseph does not know it!
Joseph asks, "Have you come
to pay homage? "
And the player, surprised,
says no, he believed
that it was the Portal goal
of some blue match.
Jesus with his beautiful hands
is asking him the ball
and receives the ovation
of grandstand of stars.
The child shoots to the first;
Mary exclaims: He is a sun!
Joseph says: Here there is wood!
And in the entire Creation,
clear and in Spanish,
the demons shout: out!
the angels cry: Goal!
(To be continued)
From the book: Football Poets
Dr. Carlos Fernández del Ganso
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