martes, 12 de mayo de 2015

POETAS DEL FÚTBOL- POETS OF FOOTBALL

Otro caso de fútbol barrial y de la gran popularidad que alcanzó, tiene en América del Sur, un gran exponente en los potreros y en todos los barrios más populosos. Los clubes de cada barrio eran el orgullo de los lugareños y así cantaban canciones y eslóganes como éste del barrio de la Avellaneda en Argentina:

Ha de gritar el que pueda 
siguiendo nuestra corriente 
hurras al Independiente
del pueblo de Avellaneda.

Otro ejemplo de fútbol de barrio es el de Vicente Zito Lima.

FÚTBOL

El baldío
se puebla de gritos.
Un terno rodar
estremece las piernas.
Asombrados
los ojos
roban la pelota.

De Enrique González Tuñón, hijo y hermano de grandes poetas argentinos, un poema dedicado a la pelota que muchos niños se construían con sus propias manos.

LA PELOTA DE TRAPO

Pompeya, Puente Alsina, Boca, Parque Patricios,
Palermo, Avellaneda, Barracas y Belgrano.
Un farol. Cinco pibes. La calle. Los balcones.
¡Y en medio de la calle la pelota de trapo!
La pelota de trapo sucia de la ciudad,
con un poco de cielo que siempre hay en el barro
que saltó las paredes, gambeteó los tranvías,
y fue fiesta de pibes, en Boedo, mi barrio.

Un hermano de Enrique, tal vez uno de los más prestigiosos poetas argentinos Raúl González Muñón escribía a sus hermanos Enrique y Oscar, el siguiente poema del que extraigo:

…el dolor mata, amigo, la vida es dura
y ya que usted no tiene hogar ni esposa
si quiere ver la vida color de rosa
eche veinte centavos en la ranura…

Otro poeta argentino, el gran Baldomero Fernández Moreno, conocido por su poema: “setenta balcones y ninguna flor” y del que rescatamos dos poemas:

BUENO Y ¿QUÉ?

Aunque tuvieras, poeta,
un castillo en una cumbre
un salón lleno de lumbre
y un gran sillón de vaqueta;
al llegar la noche quieta,
sobre mi hastío de pié,
me diría: bueno ¿ y qué?
y componiéndome el talle
me largaría  la calle
a la calle y al café.

VEINTIDÓS MUCHACHOS

Son veintidós muchachos, las rodillas
al aire. Olor a magulladas hierbas.
El público, con ojos asombrados,
el fuerte gozne articular observa:
la poderosa valva de la rótula,
los tendones, tirantes como cuerdas.
Van y vienen los trajes de colores,
ahora da uno una patada épica,
algo vuela hacia el sol, y no se sabe
Si es pelota o sí es la misma tierra.
(Continuará)


Del libro: Poetas del Fútbol
Dr. Carlos Fernández del Ganso
  
Another case of street football and the great popularity that it achieved has in South America, a great exponent in the pasturelands and in all the most populous neighbourhoods. The clubs of each neighbourhood were the pride of the locals and they used to sing songs and slogans like this from the neighbourhood of Avellaneda in Argentina:

It has to scream the one who can
following our trend
cheers to the Independent
from the town of Avellaneda.

Another example of street football is the one of Vicente Zito Lima.

FOOTBALL

The empty land
is settled of shouts.
A go around set of three
shivers the legs.
Astonished
the eyes
steal the ball.

By Enrique González Tuñón, son and brother of great Argentine poets, a poem dedicated to the ball that many children were built with their own hands.

THE RAG BALL

Pompeya, Puente Alsina, Boca, Parque Patricios,
Palermo, Avellaneda, Barracks and Belgrano.
A  lamppost. Five kids. The  street. The balconies.
¡And in the middle of the street the rag ball!
The dirty rag ball of the city.
with a little of sky that  there is always on the mush
that jumped the walls, dribbled the trams,
and it was a party of kids, in Boedo, my neighbourhood.

A brother of Enrique, perhaps one of the most prestigious Argentine poets, Raul Gonzalez Muñon, wrote to his brothers Henry and Oscar the following poem from which I extract:

... the pain kills, friend, life is hard
and since you are homeless or has no wife
if you want to see life rosy
throw twenty cents in the slot ...

Another Argentine poet, the great Baldomero Fernandez Moreno, known for his poem: "Seventy balconies and no flower"  we rescued two poems:

WELL, SO WHAT?

Even if you had, poet,
a castle on a hilltop
a room full of fire
and a large cowhide armchair;
at the quiet night,
standing on my boredom,
I say: Well so what?
and adorning the waist
I would leave to the street
to the street and to the cafe.

TWENTY TWO BOYS

They are twenty two boys, the knees
in the air. Smell of bruised herbs.
The public, with astonished eyes,
the strong hinge observes to articulate:
the powerful valve of the kneecap,
the tendons, tight as ropes.
colourful costumes come and go
now one gives an epic kick,
something flies towards the sun, and it is uncertain
If is a ball or the same land.
(To be continued)


From the book: Football Poets
Dr. Carlos Fernández del Ganso

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