LA TOLERANCIA nos habla de la aceptación de los semejantes como diferentes. El mal de finales del siglo pasado y principios de este siglo XXI, es la intolerancia, nadie tolera a los demás, a veces ni a uno mismo. Los humanos solemos ser para los otros como cuerpos extraños, esas reacciones inmunológicas donde se reacciona contra lo nuevo, considerándolo extraño y perjudicial. Algo así como que, todo aquello que no se hubiera pensado previamente en la familia no es válido; si lo que leo o me enseñan no se me ocurrió antes o a solas se tiende a despreciar la novedad y así los mejores valores son los de la familia, donde uno creció, y no se acepta ninguna imperfección y la culpa de todo está fuera de uno mismo y es la realidad la que me ataca. Cuando deberíamos saber que el mayor tirano de uno mismo, el peor enemigo de uno, está dentro de la piel. Y lo mejor de cada sujeto está fuera de uno, lo que mejor puede hablar de una persona son sus productos, sus resultados, los efectos del trabajo.
La gran tendencia individualista en los humanos es uno de los factores más importantes para el fracaso en un equipo, una empresa o una institución. Es el grupo siempre y en todos los casos el que produce los sujetos, el que produce directivos, entrenadores, jugadores. Es la Institución la que nos cobija, es la empresa la que crea funciones que un trabajador puede desempeñar y no al revés.
La intolerancia al dinero y al éxito es otro de los factores que influyen en un equipo de fútbol. En los afectos y sentimientos se ve la ideología que tenemos de nuestros actos y de las personas. Y la ideología no es tanto lo que digo sino lo que hago.
Recordemos que la ideología es algo heredado, que en su momento perteneció a alguien, que nos enseñaron en la familia, el colegio, el barrio y aunque la consideremos como algo propio y original no lo es. Son frases, pensamientos, ideas, opiniones que dirigen nuestra vida inconscientemente. Por ejemplo nadie nos suele enseñar a trabajar para más allá de aquello que necesitamos, hay pensamientos populares de que: ¡trabajar mata! o ¡parece que quieres ser el más rico del cementerio! etc. Cuando en realidad si se produce más de lo que uno puede gastar, se está produciendo plusvalía, y como algo se nos caerá de las manos, estamos generando con el trabajo una riqueza para otros; luego es un verdadero gesto de amor producir más de lo que necesitamos, y es un gesto egoísta producir justito solo lo que necesitamos y no trabajar más.
Nuestra manera de pensar está determinada por la personalidad y ésta se conformó durante la infancia en la cual la familia como transmisora de ideología es determinante. La ideología se transmite de manera inconsciente, y no se puede no tener ideología. Si, se puede interpretar y con ello transformar la relación en el equipo con los demás compañeros y directivos.
La gran tendencia individualista en los humanos es uno de los factores más importantes para el fracaso en un equipo, una empresa o una institución. Es el grupo siempre y en todos los casos el que produce los sujetos, el que produce directivos, entrenadores, jugadores. Es la Institución la que nos cobija, es la empresa la que crea funciones que un trabajador puede desempeñar y no al revés.
La intolerancia al dinero y al éxito es otro de los factores que influyen en un equipo de fútbol. En los afectos y sentimientos se ve la ideología que tenemos de nuestros actos y de las personas. Y la ideología no es tanto lo que digo sino lo que hago.
Recordemos que la ideología es algo heredado, que en su momento perteneció a alguien, que nos enseñaron en la familia, el colegio, el barrio y aunque la consideremos como algo propio y original no lo es. Son frases, pensamientos, ideas, opiniones que dirigen nuestra vida inconscientemente. Por ejemplo nadie nos suele enseñar a trabajar para más allá de aquello que necesitamos, hay pensamientos populares de que: ¡trabajar mata! o ¡parece que quieres ser el más rico del cementerio! etc. Cuando en realidad si se produce más de lo que uno puede gastar, se está produciendo plusvalía, y como algo se nos caerá de las manos, estamos generando con el trabajo una riqueza para otros; luego es un verdadero gesto de amor producir más de lo que necesitamos, y es un gesto egoísta producir justito solo lo que necesitamos y no trabajar más.
Nuestra manera de pensar está determinada por la personalidad y ésta se conformó durante la infancia en la cual la familia como transmisora de ideología es determinante. La ideología se transmite de manera inconsciente, y no se puede no tener ideología. Si, se puede interpretar y con ello transformar la relación en el equipo con los demás compañeros y directivos.
Del libro PSICOANÁLISIS Y FÚTBOL - proxima publicación-
Autor: Dr. Carlos Fernández del Ganso
Nº Reg. Prop. Intelectual: 6190/2010
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