viernes, 18 de noviembre de 2011

¿CÓMO SE PRODUCE UN GRUPO DEPORTIVO?

Para trabajar la constitución del grupo podemos empezar diciendo que no hay producción de sujetos fuera de la producción grupal.
Pensaremos la producción del grupo desde el tiempo lógico, proceso psíquico de tres tiempos diferentes y sincrónicos en la formación de lo colectivo:
I) PRIMER CICLO o PRODUCCIÓN DEL GRUPO
II) SEGUNDO CICLO o PRODUCCIÓN DEL PROYECTO GRUPAL
III) TERCER CICLO o MATERIALIZACIÓN DEL PROYECTO GRUPAL
Los diferentes ciclos son topológicos, es decir, simultáneos en su formación y funcionamiento y, sólo desde la materialización del proyecto grupal se pueden leer los efectos en el equipo deportivo. El tiempo que interviene en estos ciclos es el tiempo psíquico o tiempo colectivo que se caracteriza por ser discontinúo (no cronológico, ni lineal, ni correlativo) puntuable desde el final, como un proceso, en el que intervienen el instante de la mirada, el tiempo de comprender y el momento de concluir en toda producción de un grupo deportivo. Y no es necesario que las leyes se conozcan para que actúen, no eximiendo de su cumplimiento el desconocimiento.
I) PRIMER CICLO
En el primer tiempo o ciclo de la Constitución del Grupo, veremos que “se juega como se entrena”, de modo que si se juega bien se está entrenando correctamente, dicho de otra manera no es que si concibo bien un grupo lo haré jugar bien, sino que si está correctamente enunciado está bien concebido el concepto grupal.
Los conceptos, mecanismos y operaciones que intervienen en la psicología colectiva o grupal de un equipo de fútbol, se relacionan con la formación de un:
A) Imaginario grupal,
B) Ideología grupal.
C) Deseo grupal.
Para ello deben ser elaborados e interpretados los “obstáculos” que se oponen a la producción del grupo bajo las estructuras del Yo, Superyó y Ello.
A1) Decimos que a la constitución de un imaginario grupal se opondrá el Yo (instancia psíquica que mantiene relaciones con la realidad exterior e interior de cada sujeto y relaciones Intersistémicas e Intrasistémicas). El Yo representa en la vida anímica la razón y la reflexión, y una de sus funciones principales es el movimiento.
En un jugador individual se escucha: “yo necesito, yo demando…” lo yoico, se diluye en la constitución del imaginario grupal. Disolución imaginaria (del orden de la imagen) de cada integrante para poder resolver, levantar el obstáculo que precozmente aparece en la constitución de todo proceso grupal.
Es decir de entrada todos “creemos” estar en posesión de un equipo ideal, una alineación concreta del equipo de fútbol, un mejor sistema de juego, todos creemos estar en posesión de alguna verdad, de modo tal que las indicaciones del entrenador a veces son “olvidadas” durante el entrenamiento e inmediatamente después de comenzado el partido puede no llevarse a cabo, en el terreno de juego, nada de que lo que se había hablado durante la semana de entrenamientos.
La construcción de un grupo permite la producción del equipo, en caso contrario serán las diferentes individualidades jugando amarradas a la libertad fragmentada de cada soledad, temor o esperanza las que se enfrentarán al contrario.
A2) El Superyó tiene, entre otras, las funciones de autobservación, conciencia moral y se relaciona con los ideales del sujeto, a su vez es el heredero del Complejo de Edipo y con ello una especie de “abogado interno” tendente a la perfección, mantiene así mismo relaciones con la realidad exterior. De modo tal que los obstáculos para la formación de una ideología grupal surgen del Superyó. Pudiendo decir que la función del Superyó es una especie de teología negativa: “no quiero, no necesito, no puedo, no hago…” un fantasma psíquico que cubre toda la escena del pensamiento. Y esto opera como una ideología negativa, y vimos que la ideología es aquello que determina la acción, no son las ideas, no es lo que digo que quiero hacer (entrenar, crecer, colaborar) es lo que hago (entreno, trabajo, me someto a una disciplina) y según la ideología haré o no haré, y según la ideología haré en contra del proyecto o haré a favor, y según la ideología haré a favor sonriendo o enfadado, y los resultados, los efectos (que siempre hablan del trabajo del sujeto) serán diferentes.
El Superyó se opone a toda novedad en el equipo de fútbol ya se trate de un compañero recién fichado, dieta nueva, entrenamiento diferente o un nuevo profesional.
Siempre hay consecuencias, siempre hay efectos, y son los productos los que hablan de uno, la acción dice de mi ideología. El sujeto no puede hablar de la ideología ya que es inconsciente, sino que la ideología habla en el sujeto a través de sus actos.
A3) El Ello representa las pasiones indómitas, es un caldero hirviente de pulsiones, y no conoce tiempos ni espacios. Únicamente le interesa mostrarse, aparecer aunque pusiera en peligro al sujeto. Esta fuerza desorbitada, este caballo salvaje tiene como jinete al Yo, el cual le intenta domeñar y tomando fuerzas prestadas del Ello para la vida cotidiana del sujeto, ya que el Yo tiene relaciones de servidumbre con la realidad, con el Superyó y con el propio Ello.
Los peligros que rodean al futbolista, al técnico, al directivo no difieren de aquellos que señalan la ética del cuidado corporal y la estética del deseo en cualquier humano. Pero el cuerpo, de un futbolista le pertenece en cuanto es un cuerpo grupal (no debe hacerse con el cuerpo cualquier cosa), y los sentimientos infantiles no deben dirigir los pensamientos adultos de un deportista. Por eso que el cuerpo y la personalidad de los futbolistas deben ser pensados grupalmente, ya que se producen entre otros, para que no supongan un obstáculo en el equipo.
Este tercer obstáculo para la producción de un grupo (el Ello) es de tal modo que si el Ello gobierna, sería un obstáculo a la producción del deseo grupal.
Concretando decimos, el Yo sirve a tres amos: la realidad, el Superyó y el Ello.
Los obstáculos que hemos visto se materializan en el intento de borrar (forcluir, repudiar) la diferencia radical entre tarea y actividad. Y diferenciar tarea de actividad es fundamental, ya que funda la diferencia que hay entre la producción de un grupo como tarea inconsciente (producirse como grupo) y los quehaceres, el entrenamiento, el saber hacer con lo grupal. Hay un decir que es hacer grupo y un saber con lo producido, ya que no hay grupo sin Líder y aunque el Líder lo designa el grupo no pertenece a él.
Partiendo de que: A) si hay grupo hay equipo. B) un equipo es un estado de ánimo y C) se juega como se entrena. La articulación Psicoanálisis-Fútbol precisará, para ser posible, un pacto previo entre los profesionales.
Sabemos que no hay estructura sin sujeto, ni sujeto sin estructura y el grupo no es un conjunto de sujetos, sino que produce sujetos que a su vez son el soporte material, con lo que podemos concluir que para poder pensar lo psíquico y lo grupal de un equipo es imprescindible, la presencia del psicoanalista, para que pueda leer e interpretar en toda Institución deportiva, los obstáculos que pueden dificultar la creación, desarrollo y mantenimiento de un departamento de fútbol.
Así mismo se habrán de construir las diferentes relaciones dentro y fuera de la Institución para la existencia material de la Institución en lo social, del club en lo deportivo y del grupo en lo histórico.
Hablar de lo grupal no es lo mismo que hablar del inconsciente, con lo que los deportistas, los directivos, y los técnicos no tendrán porque transformarse en especialistas de psicoanálisis, así como el fisioterapeuta o el abogado no tendrá porque conocer el manejo de las diferentes tácticas de entrenamiento en fútbol.
De la tarea se ocupará el psicoanalista, de las actividades los integrantes del club, sabiendo que habrá una tendencia (por los obstáculos mencionados anteriormente) a diluir la tarea (el trabajo del psicoanalista) en multitud de actividades para nada ingenuas donde estará privilegiado el narcisismo sobre el trabajo, la familia sobre el grupo, que no dejan de ser señales sintomáticas de lo personal (individual) sobre lo institucional (grupal)














Del Libro: FÚTBOL Y PSICOANÁLISIS






Autor: Dr. Carlos Fernández






Nº Reg. Prop. Intelectual: 6190/2010

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