El éxito del juego extendió su popularidad gracias a los viajantes y a los marineros que regresaban a sus casas con boletos sellados. Las ganancias eran importantes. En un principio se destinó a premios el 95% de la recaudación, el cinco por ciento restante era para hacienda. En 1931 pasó a ser el porcentaje de 85% para premios y el resto para administración y hacienda. Posteriormente otros organismos pasaron también a beneficiase del reparto como el Ayuntamiento o la Beneficencia.
La guerra civil eliminó esta organización privada de un juego que maravilló a gentes de varias partes del mundo. Concluida la contienda fraticida, la gestión de las quiniela fue concedida a la orden religiosa de San Juan de Dios desde su sede en Vigo, con el nombre de Bolsa de Fútbol, a partir del 3 de diciembre de 1939.
Los porcentajes de reparto se modificaron considerablemente: el 50% para premios, el 5% a la administración y el 45% restante a la orden religiosa. Ello motivó que multitud de cafeterías y bares comercializaran sus particulares quinielas con el sistema “Callealtera”. Todo el negocio erigido bajo el ideario de Manuel desapareció con la guerra y el traspaso de poderes a la orden de San Juan de Dios en la liga del año 1939-40. El esquema ideado por el hijo de González Sota se mantuvo.
Ciertos escándalos económicos provocaron la falta de confianza en el sistema empleado por la Orden en Vigo y en 1944 la gestión se traspasó a la sede de la Orden religiosa en el Hospital Santa Clotilde de Santander. Dos años más tarde, el 22 de septiembre de 1946, el Estado creó el Patronato de Apuestas Mutuas Deportivas Benéficas, y en 1948 con la implantación del 1X2 y catorce partidos en el boleto de las quinielas el reparto de premios pasó a ser del 55%.
Ni los González Lavín, hijos de Sota, ni ninguna de las cinco hijas de Manuel, percibieron dinero alguno por la patente no reconocida del invento. Manuel González Lavín falleció en un campo de concentración de Francia.
El primer boleto aceptado como tal por el Estado con fecha de 22 de septiembre de 1946 costaba dos pesetas. Se sellaron 38.530 boletos y fueron 62 los boletos premiados, con un mayor premio de 9.603 pesetas del año 1946. Aquel boleto lo conformaron siete partidos.
El mayor premio en las quinielas hasta la fecha corresponde a la temporada 2005-06, en cuya sexta jornada, un acertante de Reus (Tarragona) ganó más de nueve millones de euros. Y la mayor recaudación de las quinielas fue en la temporada 95-96 con 21.723.462,29 euros, y el mayor bote acumulado fue de casi siete millones de euros.
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