Tengo entendido que los diarios de mayor tirada y número de lectores en nuestro país son periódicos deportivos, con diferentes secciones y personal especializado que en los últimos años han estudiado el léxico deportivo, la formación de neologismos, la creación de términos para nombrar nuevas realidades (por ejemplo la “cabra” para referirse a la bicicleta que se emplea en las etapas de contrarreloj).
La originalidad, la tecnología, la sorpresa y emoción que se despierta en cada evento deportivo, la magia de la noticia, lo efímero del resultado, el festejo de las gestas, la épica del esfuerzo premiado, hacen del relato periodístico un centro neurálgico importante a ser estudiado.
No por casualidad uno de los primeros promotores del fútbol en Inglaterra fue un periodista deportivo, Charles Alcock, el cual además de difundirlo lo practicaba y formó parte de la FA.
He recopilado algunos datos de profesores e investigadores del periodismo como son: Manuel Graña González, Jesús Castañón Rodríguez, Julio Bernárdez, Julián García Candau y Alfredo Relaño entre otros que nos muestran cómo según refería Clara Isabel Francia en 1999 en una entrevista que podemos resumir así: “En 1986, un conocido delantero jugó la final de la Copa del Mundo en el estadio Azteca contra Alemania. Marcó el segundo tanto del equipo y ganó la final en los últimos minutos. Pensó que no podría con las emociones, pero sólo pudo correr por la cancha, gritar, saltar, reír y sumarse a la alegría del equipo.
Unos meses después, corriendo por un parque, se puso a escuchar la grabación que le habían hecho llegar con la narración de su tanto. Su alegría estalló en un llanto incontenible y desconsolado. Desde entonces Jorge Valdano, siempre ha manifestado que el deporte no puede sobrevivir sin el auxilio de la palabra”
El campo deportivo es una fiesta de la inteligencia, un espectáculo de emociones y elegancia, un cruce de energías creativas que rehace mundos imaginados que permite a los pueblos transformar la realidad hostil en una posibilidad de disfrutar hasta redescubrirse con la ilusión.
A lo rescatado de los especialistas en periodismo deportivo, señalar que la poesía es “un arma cargada de futuro” como nos dejó escrito Gabriel Celaya.
No por casualidad Historias del Fútbol, la hemos comenzado señalando la importancia de la poesía como instrumento de conocimiento y sabemos que la información es siempre política y no por ello necesariamente verdadera.
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