La paternidad en los futbolistas es una función psíquica. La función paterna
va más allá de la reproducción y mantenimiento de la propia especie. La
paternidad es un HACER más que un SER padre.
Nacemos de padre y madre al lenguaje. Estamos más cerca de lo inanimado
que de lo animal. Construir las diferentes funciones humanas: padre, madre,
hombre y mujer en cada sujeto psíquico no es tarea sencilla ya que la
sexualidad humana (a diferencia de otros seres vivos) se encuentra estructurada
por el lenguaje en dos tiempos separados por un periodo de latencia. En todo
adulto anida una sexualidad infantil, sin embargo no se puede asegurar que todo
niño llegue a ser adulto.
El tiempo de la sexualidad humana y el tiempo de la paternidad es un
tiempo inconsciente: más lógico que cronológico, más discontinúo que lineal y más
recurrente desde el futuro que dirigido por el pasado. Se parece al tiempo de
un partido de fútbol en el que sólo desde el final se puede interpretar el
resultado.
Y si algo no se entiende, podemos cantar:
¡¡Al fútbol le sobra un tornillo
que venga un psicoanalista
haber si lo puede arreglar!!
Continuando con el tema de la paternidad, podemos decir que: el fútbol
nace en Gran Bretaña (el primer reglamento se firmó en Londres) la Maternidad del balompié
no se discute; otra cuestión es la Paternidad que varios países pueden solicitar.
El rendimiento de los futbolistas cuando van a ser padres por primera vez
(todos conocemos algún ejemplo) se vive a nivel anímico, ya que la realidad es
psíquica y se manifiesta en la realidad discursiva del deportista. Así no son
raros los despistes, lapsus, errores y pequeños fallos en la competición, es
por ello que recomendamos a todos los futbolistas consultar con un
psicoanalista cuando van a ser padres.
Las situaciones de cambio, tales como: la paternidad, el matrimonio,
cambio de club, ascensos, títulos…actúan sobre el Sentimiento Inconsciente de Culpa
pidiendo, a veces, castigo no por ninguna derrota o algo malo que el sujeto
haya realizado sino por el triunfo conseguido o lo bueno que está por venir.
Es más fácil, a nivel inconsciente, aceptar la derrota e intentar
superarse que apropiarse de la victoria y seguir entrenando. El bien y lo bello
actúan como barreras para acercarse al deseo. Y no es necesario entender cómo
funciona el aparato anímico para que los mecanismos psíquicos actúen; un
ejemplo de ello lo tenemos en los afectos que siempre juegan su papel aún en situaciones
extremas como “la muerte súbita” que sorpresivamente se presenta en los
terrenos de juego sobre deportistas bien entrenados físicamente. Por eso recomendamos
como médicos psicoanalistas además de las pruebas cardiacas, otras medidas que
incluyen la producción de salud psíquica en el futbolista, pues sabemos que
ciertas situaciones de cambio como la paternidad juegan en el sujeto un papel
para el que nadie se encuentra previamente preparado.
Dr. Carlos Fernández
Médico Psicoanalista
Especialista en Dirección Deportiva
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