La competición avanza sin esperanzas, con determinación, como el crujir del poste golpeado que se interpone a la magia del gol.
Empiezan las primeras cuentas: si no ganamos en los dos próximos partidos, si llegamos en buena posición a la décima jornada, si recuperamos lesionados, si…
La emoción se palpa, llega la Copa del Rey, con la participación de los equipos grandes. Habrá sorpresas: la Liga es un torneo mayor con respecto a la Copa, así lo consideran la mayoría de los equipos, al menos en las primeras eliminatorias.
El Real Madrid se muestra firme como una estampida hambrienta de triunfos, el Barcelona mantiene su juego elegante y ganador, el Villareal se apunta al buen juego y los equipos ascendidos (Real Sociedad, Levante y Hércules) toman posiciones lejanas al farolillo rojo.
El Espanyol no conoce el empate, el Real Madrid no conoce la derrota, el Zaragoza y Deportivo de La Coruña no conocen la victoria.
Se marcan goles hermosos en jugadas trenzadas y se elabora en cada jornada la novedad de la improvisación, sobre el verde manto, mostrando el trabajo táctico y estratégico de los entrenamientos. Cada precisión es una palabra bien ubicada, un balón girando su destino desterrado en dirección al compañero y, el último que la toca antes de marcar la portería contraria pondrá su nombre al gol. El gol siempre es grupal y la jugada una actividad propia del trabajo grupal.
Los líderes de cada equipo ponen la voz en el vestuario y cuando apremia el reclamo de la prensa, también en los tabloides.
Los prejuicios propios de toda omnipotencia, se reflejan en cada marcador y cuando se habla de los árbitros, el resultado siempre fue adverso.
Nos gusta el fútbol, el arte del fútbol, ese que genera civilización y cultura.
No siempre es posible ver buen fútbol, buenas jugadas, grandes equipos. En la liga de la primera división española, estamos disfrutando de partidos con tesón y deportividad. Estilos diferentes, como escritores distintos componen una biblioteca donde poder leer el hermoso deporte del balompié.
¡¡¡Viva el fútbol. Viva la poesía!!!
Empiezan las primeras cuentas: si no ganamos en los dos próximos partidos, si llegamos en buena posición a la décima jornada, si recuperamos lesionados, si…
La emoción se palpa, llega la Copa del Rey, con la participación de los equipos grandes. Habrá sorpresas: la Liga es un torneo mayor con respecto a la Copa, así lo consideran la mayoría de los equipos, al menos en las primeras eliminatorias.
El Real Madrid se muestra firme como una estampida hambrienta de triunfos, el Barcelona mantiene su juego elegante y ganador, el Villareal se apunta al buen juego y los equipos ascendidos (Real Sociedad, Levante y Hércules) toman posiciones lejanas al farolillo rojo.
El Espanyol no conoce el empate, el Real Madrid no conoce la derrota, el Zaragoza y Deportivo de La Coruña no conocen la victoria.
Se marcan goles hermosos en jugadas trenzadas y se elabora en cada jornada la novedad de la improvisación, sobre el verde manto, mostrando el trabajo táctico y estratégico de los entrenamientos. Cada precisión es una palabra bien ubicada, un balón girando su destino desterrado en dirección al compañero y, el último que la toca antes de marcar la portería contraria pondrá su nombre al gol. El gol siempre es grupal y la jugada una actividad propia del trabajo grupal.
Los líderes de cada equipo ponen la voz en el vestuario y cuando apremia el reclamo de la prensa, también en los tabloides.
Los prejuicios propios de toda omnipotencia, se reflejan en cada marcador y cuando se habla de los árbitros, el resultado siempre fue adverso.
Nos gusta el fútbol, el arte del fútbol, ese que genera civilización y cultura.
No siempre es posible ver buen fútbol, buenas jugadas, grandes equipos. En la liga de la primera división española, estamos disfrutando de partidos con tesón y deportividad. Estilos diferentes, como escritores distintos componen una biblioteca donde poder leer el hermoso deporte del balompié.
¡¡¡Viva el fútbol. Viva la poesía!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario